jueves, 18 de febrero de 2010

¿De qué me sirve Señor?

¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo? Lc 9, 25


¿Estoy dispuesto a ser diferente en mis planteamientos, en mis valores, en mis compromisos? ¿Diferente en mis palabras y en la atención y escucha que presto a cada persona? ¿Diferente en los productos que compro y en las metas a las que quiero llegar?.

Ser diferente es estar dispuesto a ser rechazado y ser objeto de bromas y de burlas. Es preocuparse por las situaciones de marginación de otros, antes que en preparar el ocio del fin de semana. Ser diferente exige renunciar a ser admirado y triunfar según los criterios que presentan las series y los realities de televisión. Resulta fácil expresarlo con palabras, pero ¡qué difícil poder vivirlo!

¿De qué te sirve ganar el mundo entero, si desperdicio mi vida? ¿De qué me sirve aumentar mi horario de trabajo, aumentar mi sueldo, disponer de un coche o una casa mejor si mi familia no pueden disfrutar de mi presencia? ¿No se trata todo eso de una búsqueda constante de la valoración y aprobación de los demás, cuando soy yo quien conoce el verdadero valor de mi persona? Jesús me anima con sus palabras a perder algo tuyo en favor de otros.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Noticias TV Iglesia