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La vida plena que Jesús ha recibido del Padre no se queda en El. El bien, y la vida es el bien supremo, es difusivo. La comunidad del Discípulo Amado ha experimentado la fuerza resucitadora que brota de Jesús. Lázaro (su nombre quiere decir necesitado de ayuda), había estado enfermo y había muerto. La comunidad de Betania había experimentado la enfermedad y la muerte. Betania quiere decir "casa del oprimido". En la casa de los oprimidos Jesús se hace presente para dar vida. Las hermanas habían enviado a decirle a Jesús: "El que amas está enfermo". Jesús a su vez lo llama "amigo". Es en la comunidad de amigos y amigas de Jesús donde el Señor se vuelve presencia de vida. En la casa de las y los oprimidos que viven como hermanos y hermanas, es donde se experimenta la presencia viva y resucitadora del Señor. Nuestras comunidades cristianas están muchas veces profundamente dormidas, muertas, metidas en su iglú. Jesús les está diciendo: "Mis amigos y amigas duermen. Iré a despertarlos". El ya está en camino hacia nuestra casa y con él hay gente generosa que lo acompaña y dice como Tomás: "Vayamos también nosotros y muramos con él".
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