viernes, 23 de abril de 2010

La Eucaristía en nuestro corazón

En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi Sangre, permanece en mí y Yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y Yo vivo por Él, así también el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm.
Jn 6,52-59

En las últimas semanas la liturgia nos ha presentado el tema de la Eucaristía. En el evangelio de hoy vuelven a resonar las palabras pronunciadas por Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm. La Eucaristía encierra un gran misterio: en un trozo de pan se encuentra presente Jesús con todo su ser, con su cuerpo y con su sangre, con su alma y su divinidad: "Dios mío y Señor mío; Señor mío y Dios mío".
Este sacramento sobrepasa nuestra razón. La única explicación válida para este misterio es el gran amor de Jesús por nosotros. En esta meditación tenemos la oportunidad de renovar nuestra fe y decirle a Jesús que creemos en su presencia real en el sacramento de su amor. Jesús mismo nos dice que quien comulga permanece en Él. Cada vez estoy más convencido que sin participación en la Eucaristía no hay cristiano. El corazón del católico está en la Eucaristía. Las peregrinaciones, las distintas devociones… todo queda en segundo plano; una fe "de madera", frente a Cristo Eucaristía, Jesús Sacramentado.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Noticias TV Iglesia