«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo: no respondáis al mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha ofrécele también la otra». Es lo que se lee en el evangelio de San Mateo, en el Sermón de la Montaña.Y no es un texto cualquiera, sino un resumen de la conducta cristiana: perdonar... siempre
El cristianismo lleva en su núcleo una doble verdad. Que Dios es Padre y que todos los hombres son hijos de Dios. Por eso, se vive con un doble mandamiento: amar a Dios como Padre y a todos los hombres como hermanos. Y esto pasa por encima de cualquier otra consideración. Nunca hay suficientes razones para no tratar a Dios como Padre. Y nunca hay suficientes razones para no tratar a un hombre como hermano. Éste es el meollo de la ingenuidad cristiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario