Después de la lectura del domingo tengo que reflexionar cómo los cristianos no nos llamamos tal sólo por estar bautizados, sino que tenemos el compromiso vivo de llevar a nuestra vida el evangelio y evangelizar nuestra vida.
Por ello, no siempre quien acude al culto es cristiano practicante y no deja de ser practicante quien no acude al culto (aunque es de vital importancia la eucaristía como sacramento vivo). Por eso lo único que puede quedarnos es la última pregunta que hace Jesús ¿Quién crees tú que hace lo adecuado?....
Aquel que hace la Voluntad del Padre.
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