Para Jesús el primer paso a su crucifixión fue el Bautismo. Y si el Bautismo es la anticipación de la cruz, las palabras que salen del cielo es el anuncio de la resurrección.Como judío Jesús acepta la Torá para cumplir la tradición y con ello el significado último de la cruz. En esta reflexión podemos encontrar en sintonía por un lado a Jesús reafirmando a Juan el cumplimiento de la Ley (Mt 3,15) y por otro lado el Getsemaní: "que no se haga mi voluntad sino la tuya" (Mt 26,39).
También podríamos encontrar una similitud entre esa oveja destinada al matadero como narraba Isaías y la presentación de Señor cuando este es el Hijo de Dios que quita el pecado del mundo (Mt 1,29). Ahora es cuando se reconoce a Dios en Cristo. En ese instante del Baustismo de Jesús es el imperativo que marca Este es mi Hijo, el amado, el elegido, mi predilecto.
Pero esta opción vocacional de Jesús que comienza en Galilea es la toma de posesión de la MISIÓN de Dios. Es el momento de la unión del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.(Reflexiones del libro "Jesús de Nazaret" de Benedicto XVI)
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