miércoles, 6 de agosto de 2008

Bajo de acabar de hablar con Dios

Buff, vengo de arriba de hablar con Dios. Qué tranquilidad, qué serenidad y paz. No había sentido nunca jamás nada igual. ¿Te imaginas cómo sería la sensación de encontrarnos y decir acabo de bajar de hablar con Dios? Se me trabaría la lengua, se me saldrían los ojos de las órbitas, me faltarían manos para gesticular, tendría la boca seca, las manos húmedas ... ha sido impresionante. Me faltan palabras para describirlo.
Si pudieses centrarte en estos aspectos, piensa por un instante cómo sería esa sensación. Tómate tu tiempo.
...
Y ahora dime; ante estas primeras ideas solo una pregunta: ¿Por qué no nos sucede esto cuando oramos? Mi situación y mi respuesta personal es que todavía no tengo vocabulario para orar y comunicarme con él. Soy como mi hijo Miguel, de 14 meses. Debo de escucharle mucho; debo de hablar con él; solo domino alguna que otra palabra, pero a medida que pase algún tiempo iré agregando muchas otras palabras. Porque a medida que progresamos en la oración vamos aprendiendo a abrir nuestro corazón al Padre y confiarle todo lo que hay en él.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Noticias TV Iglesia