La mejor lección que un Cristiano puede aprender es que nada ni nadie nos podrá separar del amor de Cristo. Nada nos separará del amor de Dios. Nada de lo que nos sucede, de los que nos ocurra, de los insultos, las provocaciones, de todo lo anterior o todos ellos junto podrán separarnos del amor de Cristo.
El apóstol Pablo también en Salmos 44:22, "Como está escrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero" (Romanos 8:36). ¿Podrá cualquier cosa o alguien que haga que Dios acabe de amarnos? No en las experiencias o imaginaciones de Pablo.
El apóstol Pablo también en Salmos 44:22, "Como está escrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero" (Romanos 8:36). ¿Podrá cualquier cosa o alguien que haga que Dios acabe de amarnos? No en las experiencias o imaginaciones de Pablo.
El Cristiano anda por la vida asegurada por el cable fuerte del amor de Dios. Nosotros estamos seguros porque “cada creyente está al limite invariable de bondad de Dios, eterna y en un amor destructivo.” Nada ni nadie nunca podrá ser capaz de separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.
Recordando a Servando Mayor, seguramente él podría haberse hecho la pregunta incontestable, ¿Quién nos separara del amor de Cristo? Fue asesinado a causa de su amor por Cristo. “Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero” (Romanos 8:36; Salmos 44:12).
“Ni la vida ni la muerte puede separarnos de Cristo. En la vida nosotros vivimos con Cristo; en la muerte nosotros morimos con él, y porque nosotros morimos con él, también resucitamos con él. El amor de Cristo es eterno e inmutable. Este viene a nosotros hoy en medio de nuestras necesidades, cualquier cosa que sea, y nos saca de la oscuridad hacia la luz, de la duda hacia lo seguro, y de la muerte hacia la vida.”
“Ni la vida ni la muerte puede separarnos de Cristo. En la vida nosotros vivimos con Cristo; en la muerte nosotros morimos con él, y porque nosotros morimos con él, también resucitamos con él. El amor de Cristo es eterno e inmutable. Este viene a nosotros hoy en medio de nuestras necesidades, cualquier cosa que sea, y nos saca de la oscuridad hacia la luz, de la duda hacia lo seguro, y de la muerte hacia la vida.”

No hay comentarios:
Publicar un comentario