jueves, 2 de octubre de 2008

Mi Ángel Custodio

Un ángel custodio es un ángel guardián. Mi ángel custodio se llama Imamiah, que significa: "Dios elevado por encima de todas las cosas". Forma parte de los príncipes celestiales, que junto con San Miguel Arcángel me guían, me guardan y me expían de errores. Miguel también tiene un significado muy afín, proviene del hebreo מיכאל (mi-já-el), que significa ‘¿Quién es como Dios?’ (refiriéndose al dios ugarítico El). Este arcángel, es para los hebreos el primero de los ángeles, siendo el arcángel por excelencia debido a su victoria frente a los ángeles rebeldes.
Desde el Seudo Dionisio (siglo VI), Padre de la Iglesia, suelen enumerarse tres jerarquías con tres coros cada una, sumando un total de nueve Coros u Ordenes Angélicos.


Primera Jerarquía: Serafines, Querubines y Tronos (Estos ángeles de la mas alta jerarquía se dedican exclusivamente a glorificar, amar y alabar a Dios en su presencia.
Segunda Jerarquía: Dominaciones, Virtudes y Potestades (gobiernan el espacio y las estrellas. Son los responsables del universo entero).
Tercera Jerarquía: Principados, Arcángeles y Ángeles (Son los que intervienen en todas nuestras necesidades; esto lo vemos también en la Biblia, cuando se nos presenta la intervención de los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael, vemos que directamente intervienen en la vida de los hombres, cada uno con su propia misión dada por el mismo Dios).


DEVOCIÓN AL SANTO ANGEL DE LA GUARDA
Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo tu bienaventurada guarda, jamás cesas de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo te venero como a protector, te amo como a custodio; me someto a tu dirección y me entrego todo a ti, para ser gobernado por ti. Te ruego, por lo tanto, y por amor a Jesucristo te suplico, que cuando sea ingrato para ti y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, no quieras, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enséñame, si soy ignorante; levántame, si he caído; sosténme, si estoy en peligro y condúceme al cielo para poseer en él una felicidad eterna. Amén.
San Juan Berchmans

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ángel Santo, amado como yo y como todos de la energía que nos engloba y nos hace uno, que sin haberme tomado nadie si no habiendo sentido por mi mismo esta energia que nos hace a todos un mismo ser, bajo nadie, defienda yo a los demas porque me estaré defendiendo a mi mismo y viceversa, nos defendamos todos,nos iluminemos todos y nadie nos dirija ni someta ni nos sometamos ni nos gobiernen, que sintamos esa energia que es Dios, el amor o como queramos llamarlo y que nos hace a todos uno. No ruego ni suplico y porque sé que el amor siempre está sé que el amor no puede abandonarme ni yo serle ingrato, pues cuando no ame el amor no me abandonará vendrá alguien o algo a recordármelo, me amaré mucho sin culpas y asi sentiré el amor universal y podré amar a los demás. En el amor no caben las palabras desvíos, ni ignorancia, ni caída, ni nada que suene a culpa, el amor solo ama, sin condiciones. Me sostendré así por mi mismo sin pedir a nadie que lo haga porque el regalo de la vida viene ya con esa fuerza maravillosa, y tendré una felicidad eterna en esta vida, sin esperar a tener felicidad eterna cuando me haya muerto. Asi sea

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