Esta Jornada por la Vida ha de avivar nuestro compromiso de favorecer la vida que hace más rica a la familia humana, y es siempre una invitación a la esperanza y una garantía de futuro. Ante la vida no podemos ceder a la tentación del egoísmo o a la pasividad de la desesperanza. "Lo que todos debemos asegurar a nuestro prójimo es un servicio de amor, para que siempre se defienda y promueva su vida, especialmente cuando es más débil o está amenazada. Es una exigencia no sólo personal sino también social, que todos debemos cultivar, poniendo el respeto incondicional de la vida humana como fundamento de una sociedad renovada. Se nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y trabajar con constancia y valor, para que se instaure finalmente en nuestro tiempo, marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor"5. Los cristianos, "pueblo de la vida y para la vida", hemos de trabajar siempre a favor de la cultura de la vida, realidad esta compartida por todas las personas de recta conciencia.
Extraída de la Carta Pastoral de +D. Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela
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