
1. SE AGRADECE: Porque ¿Quién es digno de una auténtica y profunda amistad? Amigo solo uno, pues ese uno entre mil es como el número premiado ofrecido en gratitud, que viene a mi encuentro y yo salgo a su encuentro.
2. SE CULTIVA: Es obvio que todo crecimiento requiere de un proceso, de aquí la necesidad de cultivar la amistad a través del diálogo, la confianza, el respeto mutuo, el cariño, el afecto mutuo, etc. Valores que requieren de una cierta dosis constante de repuesta y entrega personal.
3. SE COMPARTE: La auténtica amistad siempre es abierta hacia los demás, nunca se cierra en sí misma, debe ser como una cédula viva que, se alimenta en sí misma y alimenta a los demás, contagiando positivamente a los otros de valores y promoviendo un ambiente sano y fraterno.
La amistad como MISTERIO debe entenderse a partir de su culmen. Si viene de Dios es porque conduce a Dios. Nadie sabe a ciencia cierta el ¿CUÁNDO, CÓMO Y DÓNDE? se da exactamente la amistad.
. ¿Cuándo viene a mí como regalo?
. ¿Cómo hay que agradecerla y cultivarla?
. ¿Dónde hay que compartirla?
Por eso, la amistad es un MISTERIO, ya que no se limita al tiempo y al espacio de la historia humana, sino que es capaz de romper estos parámetros y fronteras geográficas llevando a las personas a trascenderse, más allá de lo que son capaces, creando una auténtica amistad entre hombres y mujeres de toda raza, lengua, pueblo y nación (Apoc. 5,9), aún así sea del credo que sea. Ahora podremos comprender lo que dice un pensamiento anónimo: "Las distancias no deben separar a los amigos, porque la amistad es el puente de Corazón a Corazón"
Comprender la amistad así, nos dará la certeza de poder construir un mundo de justicia y de paz, una sociedad más humana en la que se promueva la dignidad de las personas, NO a costa de intereses egoístas e indiferentes a los intereses de los marginados, desposeídos y desprotegidos. Pedir al Autor de la Vida y de la Amistad, que nos haga ser auténticos Amigos en Él y con Él, para cooperar con su Hijo Jesucristo en la redención y salvación del mundo, realizando desde nuestra vocación concreta a la que hemos sido llamados, y por la cual hemos optado libre y conscientemente hasta el final de los tiempos, esto sí que será garantizar una calidad humana y cristiana en nuestras relaciones de Amistad con Dios y con los hombres de cada generación futura, agradeciendo la pasada y viviendo la presente en plenitud de vida y amor.
AMIGOS PARA SIEMPRE
¡QUIEN TIENE A DIOS POR AMIGO LO TIENE TODO!
Autor: Tito de los Santos Hernández López
Fuente: catholic.net
Fuente: catholic.net
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