Entrar dentro de nosotros mismos, hacer silencio en nuestro interior no suele ser fácil. En el mundo en que vivimos y la sociedad en la que nos movemos hay muchos ruidos que nos alejan de ese centro en el que habita el Espíritu.
Debo de pedirte, Señor, que me ayudes a hacer silencio en mí para que pueda se fruto y ofrecer a los demás lo que soy y lo que tengo. Poco y mucho a la vez. Poco porque soy pequeño y pobre, débil porque hago propósitos que no cumplo y a veces me dejo llevar por lo que todos hacen… pero también debo dar mucho porque soy hijo tuyo, porque tú habitas mí y yo en Ti.
Quiero hoy tener presente aquellos momentos que en mi memoria han estado presentes tantas personas que me han enseñado a ser testigo de Silencio en tu Amor. Perdón por los momentos en los que yo no he sido buen testigo del amor de Dios. Pido por otros tantos amigos, compañeros y conocidos que siguen estando en la vanguardia de la Vida siendo testigos de Cristo Resucitado. Y que María, nuestra Buena Madre acompañe nuestra búsqueda del silencio interior, para que sea su voz un grito de alegría, confianza y fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario