Jesús, gracias por este momento de oración donde experimento tu cercanía, tu preocupación por mostrarme el camino que me lleva a la plenitud que deseo en mi vida, en el momento actual, en mi estado de vida. Quiero seguir el camino que me propones en esta cuaresma, quiero ser misericordioso, no quiero juzgar ni condenar a nadie, quiero perdonar y dar amor, especialmente a mi propia familia y a todos aquellos con los que vaya a tener contacto en este día. Ayúdame a seguir experimentando tu presencia y amor a lo largo de todos mis días, así podré lograr mi propósito, siempre cerca de ti. Y que María, tu madre, nuestra madre, no nos deje y nos acompañe en el camino hacia ti.
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