Tras un par de días de "silencio" después de la operación estoy empezando a descubrir comportamientos bastante extraños de los demás conmigo y yo con los demás. Eso me hace mirar desde otro plano lo que lleva consigo la comunicación, no solo en el mensaje sino en la energía que comporta.
No poder hablar no es lo mismo que no decir nada. Decimos bastantes cosas de cómo somos, qué inspiramos y cómo transmitimos. Anunciemos a Cristo sin decir nada. Miremos por Cristo sin verlo todo. Oigamos a Cristo escuchando a los hombres y mujeres.
En el silencio no solo se aprende de lo que se ESCUCHA, tambien de lo que se CALLA.
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