El mensaje que en 1858 la Santísima Virgen dio en Lourdes agradece y suplica el dogma de la Inmaculada Concepción. Se presenta como Madre Nuestra, modelo de pureza y virtud. Nos regala a los cristianos la exaltación a la virtudes de la pobreza y humildad que debemos de cultivar. Uno de los mensajes más importante de Nuestra Señora es el de la Cruz. Debemos aceptar la cruz que cada uno debe llevar cultivando la oración, el rosario, la humildad y la penitencia.
"La señal de la Cruz es de alguna forma el compendio de nuestra fe, porque nos dice cuánto nos ha amado Dios; nos dice que, en el mundo, hay un amor más fuerte que la muerte, más fuerte que nuestras debilidades y pecados. Por eso la Cruz se ha convertido en un símbolo imprescindible. Porque Cristo murió en una Cruz para ofrecer a todos, sin discriminaciones, su Amor, su misericordia, su perdón. La Cruz nos dice que el amor es más fuerte que el mal, que es posible la salvación. Ese fue uno de los mensajes de las apariciones de Lourdes: la invitación de la Virgen María a todos los hombres de buena voluntad, a todos los que sufren en su corazón o en su cuerpo, a levantar los ojos hacia la Cruz de Jesús para encontrar en ella la fuente de la vida, la fuente de la salvación".
(Benedicto XVI, Lourdes, 14 de septiembre de 2008).
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