La segunda característica de la Iglesia Católica es su santidad. No es que todos sus miembros, incluyendo sus líderes, sean de facto santos. Los escándalos que acechan la historia católica comprueba eso dolorosamente.
Pero aún así la Iglesia, en su totalidad, es santa, porque es considerada novia de Cristo así como el Cuerpo Místico de Cristo. Cada uno de sus miembros son capaces de cometer pecados individualmente, pero por haber sido fundada por Cristo mismo para salvar las almas, la Iglesia en su totalidad, no puede pecar. Su Santidad es expresada en su oración cotidiana.
En todo el mundo, sus sacerdotes, diáconos, religiosas, hermanos, seminaristas y laicos rezan la Liturgia de las Horas, conocida también como el Oficio Divino o el Breviario. En su mayoría está compuesto de los Salmos y muchas otras lecturas tomadas de la Biblia. Este conjunto y manera de rezar data de los primeros tiempos de la iglesia.
La santidad de la Iglesia también se experimenta en la celebración de la Misa diaria. En algún lugar del mundo, a cada hora, se está celebrando alguna Misa. La Iglesia también custodia que los sacramentos se celebren de manera apropiada, válida y reverente en todo lugar y en todo momento. Los sacramentos, por ser considerados vehículos de gracia, santifican a los católicos cada vez que los reciben.
Puede ser que alguien, partiendo de la historia, o de tiempos más modernos, mencione a algún papa, obispo o sacerdote corrupto como argumento en contra de la santidad de la Iglesia. No se puede hablar en contra de la institución del matrimonio por algún mal ejemplo de un esposo o esposa que no hayan sido fieles a sus votos matrimoniales, y así afirmar que el matrimonio es malo y que por lo tanto no pueden existir matrimonios felices, fructíferos y amorosos. De igual modo, habrás escuchado de padres y madres que abandonan a sus hijos; sin embargo la institución de la familia permanece pura y sin mancha aunque existan algunos que no vivan los valores familiares ni el compromiso que deben tener. Por lo tanto, ¿por qué habría de ser diferente en la Iglesia?
La Iglesia, en su totalidad, a diferencia de cualquier gobierno que es la creación de unos meros mortales, es una familia —la familia de Dios. Por ser Dios su fundador, el corazón y la estructura de la Iglesia son perfectos, es en el individuo católico donde ocurren las imperfecciones, faltas y culpas. El catolicismo reconoce a la Iglesia como una institución divinamente instituida y que tiene muchos católicos pecadores, desde el Papa en Roma hasta el laico sentado en la última banca. Sin embargo ella es más que la suma de todas sus partes. La iglesia incluye a todos sus miembros vivos y bautizados en la tierra así como a los santos glorificados en el cielo y las almas de los fieles difuntos en el purgatorio.
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